Desde 1891 hasta 1897 Klimt fue miembro de la Sociedad Cooperativa de Artistas, pero al no estar de acuerdo con sus políticas él y un grupo de artistas conforman en 1987 un grupo denominado Asociación de artistas visuales de Austria más conocido como “la Secesión “la cual se proponía proveer a los jóvenes artistas de oportunidades para exponer sus obras, traer a Viena a los mejores artistas extranjeros y publicar su propio Magazín Ver Sacrum.
La Secesión adopto a Palas Atenea como su protectora y en su representación usan nuevos elementos tales como el oro y la transformación de la anatomía dentro del ornamento determinara el posterior trabajo de Klimt.
La Secesión en Viena juega un papel importante en el desarrollo y difusión en la pintura moderna y el campo aplicado a las artes .Esta rebelión tiene éxito inmediato, transformando la sociedad a través del arte. Klimt fue un asiduo colaborador del Magazín Ver Sacrum, un muy importante aporte del movimiento Secesión fue a la Arquitectura y su insistencia en la igualdad de todas las artes. Entre sus miembros se encontraban Arquitectos, diseñadores y muchos fueron talentosos pintores, ilustradores, tipógrafos, diseñadores de textiles y de muebles. Su versatilidad e interés en unificar los efectos del estilo de todas las formas de expresión de “la Secesión” .Cada uno de las exhibiciones de la Secesión fue “un total trabajo de arte” Este término inventado por Richard Wagner, expresa la noción de forma sintética del arte que es más que la suma de todas sus partes. Esta generación cree que solo el arte puede salvar a la personas de este modo la tendencia de este periodo es unificar el arte. Esta idea motiva a la Secesión a crear la XIV exposición de trabajos unidos de arte. Que se celebra en 1902 en honor a Max Klinger cuya escultura de Beethoven fue el foco del evento.
(En 1907 Klimt trabaja en su famosa pintura “el beso” el más importante trabajo de su fase dorada y el emblema de la Secesión. Esta pintura fue comparada con la importancia de la monalisa y muestra un hombre que claramente domina y toma la iniciativa del beso, la mujer se ve totalmente en actitud de resignación, la pintura es una representación sexual pero conquista el entusiasmo del público.
Esta es la obra más popular del artista y L. Payne comenta, que la gente se arremolina a diario en la Österreichise Galerie Belvedere de Viena para verla. Con unas medidas de 180 x 180 cm, su poderosa presencia llena la pared con el abrazo de las figuras de tamaño natural envueltas en oro. Representa el punto culminante del ‘período dorado’ de Klimt; una especie de broche final de los estudios similares realizados a lo largo de su carrera, como el Friso Beethoven (1902), el Friso Stoclet (1905-1911) y la ilustración alegórica de 1895 sobre El amor, dibujada 12 años antes. Cada obra aporta una comprensión más profunda de la alegoría, que representa la unión mística entre el amor espiritual y el amor erótico, y la fusión del individuo con el cosmos. … exhibida por primera vez en la Exposición de Arte de 1908 junto a Las Tres Edades de la Mujer. En esa muestra se titulaba Los Amantes y fue adquirida al finalizar la exposición por el ministro de Educación, doctor Marchet, para la Galería Austrica, lo que fue interpretado como un “excelente servicio a nuestro arte moderno” por Ludwig Hevesi.
La obra recibió una entusiasta crítica desde el primer momento, convirtiéndose en uno de los símbolos de la Secession, a pesar de estar ya roto el grupo.Las figuras de los amantes están representadas ante un fondo dorado que enlaza con los iconos bizantinos y rusos. La pareja se abraza ante un reducido prado repleto de florecillas, siendo difícil interpretar si están arrodillados o de pie. Ese prado finaliza de forma brusca, como si el pintor quisiera situar a los amantes al borde del precipicio. La pareja se enmarca también con una aureola dorada, vistiendo ambas figuras de ese color, adornadas sus vestimentas con rectángulos negros y grises el hombre -interpretados por Schorske como un símbolo fálico- y círculos de colores el de la mujer. El ceñido vestido nos presenta claramente las formas femeninas, dejando ver piernas, hombros y brazos, sujetándose la joven con los dedos de los pies para evitar el precipicio. Su cabeza presenta una escorzada postura, inclinada hacia atrás y vuelta de lado, mirando hacia la perspectiva del espectador a pesar de sus ojos cerrados. El hombre también presenta una escorzada postura, sujetando con sus manos la cabeza de la amada, dejando ver sólo la cabeza coronada de flores. Su ancho cuerpo y su actitud de dominio son dos elementos claves en la composición, interpretada por buena parte de los especialistas como una escena protagonizada por el propio Klimt y su buena amiga Emile Flöge.Quizá el elemento más extraño sea el precipicio, símbolo de peligro al que podía dirigirse la relación, por lo que la mujer se aferra con sus pies a la pradera. El gesto de la mujer también ha sido interpretado como rechazo ante la agresión al que la somete el hombre, intentando evitar el dominio masculino sin un resultado positivo. ¿Podríamos considerar, en este caso, una muestra del “fracaso” de la lucha femenina por la emancipación que ya se estaba dando en aquellos momentos?Sin embargo, a lo largo de la carrera de Klimt se repite esta temática en varias ocasiones: El Amor, la Filosofía, el Friso Beethoven, el Friso Stoclet, interpretándose como el símbolo de la reconciliación de los sexos, sin personalizar en la figura del artista y Emile.Estilísticamente, nos encontramos en la obra que corona la llamada “fase dorada”, etapa dominada por el decorativismo en la que las líneas sinuosas se adueñan del conjunto. La perspectiva tradicional tiende a desaparecer ante el empleo de la bidimensionalidad. Como si de un caleidoscopio se tratara, Klimt emplea sucesivas piezas de colores que recuerdan a los mosaicos de Ravena por los que el maestro sentía especial admiración. El resultado es una obra con la que el maestro alcanza el cenit de su arte. )
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